Mi chinita me habla
con su gorgeo de plumas
se trepa por el lecho
gateando por la colcha
hasta llegar a mi pecho.
Se queda oyendo quieta
con su cabeza recostada
mi corazón que cabalga
en la ilusión del futuro
cuando vestirá de falda.
Mi chinita me mira
con sus ojitos de luna
y me conduce hasta el cielo
lejos del duro camino
y mis noches de desvelo.
Mi chinita crecerá
y un día su sendero
se alejará del mío
dejándome en el alma
un dulde llanto frío.
Pero llevará consigo
atada a su cintura
la dulce canción
que un día en mi pecho
le cantó mi corazón.
Es una poesía escrita con el corazón, una realidad que todos los afortunados de tener un hijo sufren, aprovechalos son un tesoro.
ResponderBorrarSólo queda entregarles mucho amor.