jueves, 23 de abril de 2009

- REBELIÓN -



Es cierto que el trabajo abruma,
que la contingencia apaga los fuegos
y derrota las intenciones,
obligando al día a día en la lucha por el pan
hasta los extremos de la mañana y la noche.
Es cierto que hay demasiado por hacer,
demasiado por cumplir;
es verdad que el día se va,
como el aire, como el vino
y que lo que hagamos será menos
y faltará más.

Sería fácil simplemente dejarse llevar,
ir en la boca del ciempiés
cabalgando en una hoja seca
sin importar el destino,
pensando sólo en el hoy,
calzando en cualquier molde,
como gelatina,
acomodados y calientes
como el gato en la chimenea,
hasta que se apague el fuego.

Pero me resisto a envejecer de alma.
Quiero seguir soñando, proyectando,
sumando, abriendo caminos,
enseñando, aprendiendo,
quiero seguir amando,
amando, amando, amando.

1 comentario:

  1. En el momento que dejamos de soñar, amar, aprender dejamos de vivir, siempre hay que tener los brazos abiertos para seguir aprendiendo y capturando los sentimientos que la vida nos entrega y de ese modo siempre seremos felices.
    Todos mas de una vez en la vida nos sentimos así.

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